jueves, 5 de marzo de 2009

- LA CATEDRAL -




CATEDRAL METROPOLITANA


NUESTRA CATEDRAL


UN ICONO DE BUENOS AIRES




SITA EN CALLE RIVADAVIA Y SAN MARTÍN, LA FACHADA DE LA CATEDRAL METROPOLITANA CIERRA Y ENMARCA DE MANERA PUNTUAL UNO DE LOS BORDES DEL BARRIO.





LA CONSTRUCCIÓN DE LA CATEDRAL FUERON LARGOS AÑOS DE CONSTRUIR Y DEMOLER, DE LITIGIOS INTERMINABLES QUE CULMINARON EN UN EDIFICIO DE CARACTERÍSTICAS PECULIARES E INCONFUNDIBLES.

LAS PRIMERAS CONSTRUCCIONES DESAPARECIERON ARRASADAS POR LA PRECARIEDAD DE LOS MATERIALES Y LA IMPERICIA DE LOS ALBAÑILES. LA QUINTA EN EL AÑO 1622, ERA ALGO MÁS SÓLIDA, PERO TAMBIÉN SUFRIÓ DERRUMBES, REMIENDOS Y DEMOLICIONES.





EN EL AÑO 1752, SE ENCOMIENDA LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO TEMPLO A ANTONIO MASELLA, ARQUITECTO TURINÉS RESIDENTE EN BUENOS AIRES Y EN 1791 LA CIUDAD PUEDE CONTAR CON UNA CATEDRAL DIGNA DE ESE NOMBRE.





EL TEMPLO APARECE ANTES SUS OJOS CON UNA EXCELENTE PERSPECTIVA, LUCIENDO UNA COLUMNA BIEN HERMOSA Y BIEN PROPORCIONADA, LA CUAL PERTENECE AL MUNDO CLÁSICO. LA OBRA EN SÍ MISMA NADA TIENE DE CENSURABLE, LAS DOCE COLUMNAS QUE LA COMPONEN REMATAN SU FUSTE LISO EN LABRADOS CAPITELES CORINTIOS, SOBRE LOS QUE DESCANSAN EN TABLAMENTOS CUYO FRONTÓN ESCULPIDO CONSTITUYE UNA AUTÉNTICA OBRA DE ARTE, “EL ENCUENTRO DE JACOB CON SU HIJO JOSÉ EN EGIPTO”.





EN SU INTERIOR POSEE UN ÁMBITO ESPACIOSO Y CLARO CON DOS LATERALES EN LOS QUE ABREN AMPLIAS CAPILLAS, SUS GENEROSAS DIMENSIONES SE COMUNICAN ENTRE SÍ Y HACEN QUE PUEDA HABLARSE DE CINCO NAVES, DILATANDO AÚN MÁS EL ESPACIO. EL ALTAR MAYOR, DORADO DE MAJESTUOSAS PROPORCIONES SE IMPONE EN EL MEDIO COMO EL PUNTO MÁS CONSPICUO DEL CENTRO. SUS FORMAS SINUOSAS, ESPIRALADAS, SU ORNAMENTACIÓN EN BASE A FLORES Y ROCALIA, DELATAN LA FILIACIÓN ROCOCÓ DE LA OBRA.





EN EL BRAZO IZQUIERDO HAY UN ALTAR CON UNA IMAGEN DEL SANTO CRISTO DE BUENOS AIRES, SE TRATA DE UNA ESCULTURA DE TAMAÑO NATURAL, EN MADERA DE ALGARROBO POLICROMADA, QUE REPRESENTA AL CRUCIFICADO ANTES DE SU MUERTE. AL FINAL DE LA NAVE IZQUIERDA SE LLEGA A UN ALTAR DE INTERESANTES CARACTERÍSTICAS DEDICADAS A LA VIRGEN DE LOS DOLORES UNA DE LAS PRIMERAS TRAÍDAS AL PAÍS.





CRUZANDO A LA NAVE LATERAL DERECHA, EN LA CUARTA CASILLA SE ENCUENTRA EL MAUSOLEO DEL GENERAL SAN MARTÍN, EL CUAL DATA DESDE 1880 OSTENTANDO UNA MAJESTUOSIDAD PROPIA DEL ECLECTÍSMO FRANCÉS IMPERANDO EN EL VIEJO MUNDO. SUS PISOS DE MOSAICO CUYAS PEQUEÑÍSIMAS TESTELAS DIBUJAN ESPINAS, CLAVOS Y OTROS MOTIVOS DE LA PASIÓN, FORMANDO UNA ATRACTIVA ALFOMBRA MULTICOLOR QUE SE EXTIENDE POR TODA LA IGLESIA.





NUMEROSAS PÉRDIDAS, TRASLADOS E INCENDIOS DIERON CUENTA DE VARIAS PIEZAS IMPORTANTES. LO QUE QUEDA ES OBRA DE ARTISTAS ADOCENADOS SIN AUTÉNTICO VALOR ARTÍSTICO. SU HETEROGENIA FISONOMÍA ESTILÍSTICA Y LA CALIDAD DE SUS ADORNOS EN NADA EMPAÑAN LA NOBLEZA DEL PAÍS QUE LA VIO NACER Y CRECER.





Por último, no hay que olvidar que la catedral fue declarada monumento histórico el 21 de mayo de 1942.

miércoles, 4 de marzo de 2009

- LARRETA -




Enrique Larreta


Referente de nuestra cultura




Enrique Rodríguez Larreta, escritor argentino (Buenos Aires, 4 de marzo de 1875 - 6 de julio de 1961), autor de La gloria de don Ramiro, obra altamente representativa del modernismo hispanoamericano.





Larreta era miembro de una antigua familia de fortuna y contrajo matrimonio con una hija de la más emblemática de las familias aristocráticas de Argentina, la de Anchorena. Estudió Derecho y trabajó como profesor de historia. Se desempeñó como embajador en Francia y ante la Exposición Iberoamericana de Sevilla, en 1929.





En 1915-16, residió en Biarritz, Francia, y frecuentó Ávila, en España, donde actualmente una calle lleva su nombre. Se vinculó allí con Miguel de Unamuno, al que admiraba. Colaboró en publicaciones periodísticas de su época y estudió minuciosamente la historia española. Se nutrió literariamente de la Antigüedad clásica y del Siglo de Oro español, que lo obsesionaba.





En 1896 apareció su primera novela, Artemis, ambientada en la Grecia antigua. En 1908 publicó La gloria de don Ramiro, reconstrucción histórica y literaria de la España del siglo XVII. Esta novela histórica incomparable, de estilo lírico y arcaico, logró notable repercusión. En 1926, editó Zogoibi, que significa "el desventurado", apodo con que fue conocido el rey Boabdil tras la pérdida de Granada; y en 1953, Gerardo o la torre de las damas.





Zogoibi se ambienta en la Provincia de Buenos Aires y retrata la vida en las estancias argentinas a principios del siglo XX, aquí, el estilo manierista cede a un mayor realismo para contar la nostalgia de la aristocracia por los tiempos idos, en contraste con la vida sencilla de los campesinos.





Escribió ensayos sobre la actualidad española, agrupados en Las orillas del Ebro, y el libro de sonetos La calle de la vida y de la muerte, en el que se percibe el impacto del clasicismo español así como la influencia del simbolismo francés. Escribió también las obras de teatro La que buscaba don Juan, El linyera, Santa María del Buen Aire, Pasión de Roma y Las dos fundaciones de Buenos Aires.





Fue miembro de la Real Academia Española y de la Academia Argentina de la Historia. Su casa de estilo renacentista español, en el barrio residencial de Belgrano, en Buenos Aires, es actualmente un notable museo.





Ubicada en la que fuera alguna vez zona de quintas de veraneo, tiene un jardín de alcázar andaluz, único en su estilo en Buenos Aires. Allí puede apreciarse el mobiliario y las colecciones de obras y objetos de arte que testimonian su pasión por España.


lunes, 2 de marzo de 2009

- BROWN -




BROWN GUILLERMO


PROCER NAVAL


ANIVERSARIO DE SU MUERTE




Guillermo Brown nació en Foxford, Irlanda, el 22 de junio de 1777. Su nombre está íntimamente vinculado a las luchas por la independencia argentina, a la guerra contra el Imperio de¡ eras¡¡, a las luchas; civiles de¡ período de Rosas. Emigró con sus padres a los Estados Unidos siendo todavía un niño. Quedé huérfano a corta edad y entra como grumete en un barco de guerra inglés.
Años después se le encuentra al mando de una nave de pabellón británico que fue apresado por los franceses y conducida a Metz con su comandante.





Brown consigue fugarse y llegar a Inglaterra tras no pocas peripecias. Contrajo allí matrimonio en 1809 y emigró hacia él Río de la Plata, a donde llega el mismo año. Después de una breve permanencia en Montevideo se traslada a Buenos Aires y se compra una Goleta llamada "Industria" para realizar un servicio regular entre Buenos Aires y Montevideo.

Al producirse la Revolución de Mayo se adhiere al movimiento y en 1814 acepta el mando de una escuadrilla para hacer frente a las interferencias de los buques españoles.





El gobierno de Buenos Aires compra y arma la fragata Hércules, los bergantines Zephoys y Nancy y la qoieta Juliet. Se les reúnen después. las goletas Julieta y Fortunata, la cañonera Tortuga y el falucho San Luis, con los que el 10 de marzo hace rumbo a Martín García, isla en la que desembarca.

Luego se dirigió a Montevideo y el 17 de mayo tuvo una gran victoria sobre los buques realistas, superiores en número y armamento. Cooperó positivamente en el sitio a Montevideo, plaza que bombardeó y cuya rendición, ocurrida en junio, debióse en gran parte al asedio marítimo. El Supremo Director Posadas, lo ascendió a Coronel, como premio a su comportamiento.
Tuvo prisionero a borde de¡ Hércules al Gral. Vigodet que regresó a España al cabo de 14 días.





Brown tuvo que regresar a Buenos Aires a consecuencia de una herida que habla recibido en combate y el gobierno lo designa Comandante General de la Marina. Por los efectos de esa herida queda cojo para toda la vida. Posteriormente, se retira a su quinta de Barracas, donde permanece alejado de la vida pública hasta que en 1826 lo llama a servicio el presidente Rivadavia.





Ese año combate en el puerto de la Colonia contra la escuadra brasileña, resultándose adversa la suerte, hasta que con once embarcaciones mal pertrechadas y con una tripulación pobre derrota a los brasileños que mandaban 31 unidades. Este fue el histórico combate naval de Los Pozos, realizado el 1 1 de junio de 1826. Al ario siguiente el 9 de febrero, volvió a derrotarlos en Juncal. Obtiene una nueva victoria en Monte Santiago, pero en. ese combate pierde la vida el capitán Francisco Drummond, novio de su hija Elisa Brown, la cual al enterarse de la noticia se suicida.





Este hecho marca en la vida psíquica de¡ marino una de las etapas decisivas de la neurosis que llegó a dominarlo. En 1829, vuelve a la vida privada y en 1837 hace un viaje a su país natal. A principios de 1841, Rosas le confía la misión de crear una escuadra para hacer frente a Jade¡ Gral. Riveraya los buques extranjeros que tanto le molestaban con sus agresiones.

El 27 de febrero hacía flamear su insignia de Almirante en el bergantín Belgrano.
En mayo derrotó a los riveristas frente a Montevideo y en 1842 venció a la escuadra adversaria mandada por Garibaldi.





En 1843 bloquea Montevideo por orden de Rosas, bloqueo que la intervención británica hizo fracasar.
En 1845, se vio forzado a regresar a Buenos Aires obligándolo las escuadras europeas a firmar un documento por el que se comprometía, dada su calidad de británico a no intervenir más en aquella contienda.

Fallece en Buenos Aires el 3 de marzo de 1857.








Brown simboliza toda la historia naval argentina, dice Bartolomé Mitre "No teníamos astilleros, ni maderas, ni marineros, ni nuestro carácter nos arrastraba a las aventuras de¡ mar, ni nadie se imaginaba que sin esos elementos pudiéramos competir algún día sobre las aguas con potencias marítimas que enarbolaban en bosques de mástiles centenares de gallardetes. Este prodigio lo realizó el Almirante Brown en los momentos de mayor conflicto en las dos guerras nacionales que ha sostenido la Argentina".

- BARROCO -




El Barroco


Un estilo que marcó no solo una época


Artes barrocas



El Barroco, además de un periodo de la historia del arte, fue un movimiento cultural que se extendió en la literatura, la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza y la música desde 1600 hasta 1750 aproximadamente.





El estilo barroco surgió a principios del siglo XVII y de Italia se irradió hacia la mayor parte de Europa. Durante mucho tiempo (siglos XVIII y XIX), el término barroco tuvo un sentido peyorativo con el significado de recargado, desmesurado e irracional, hasta que, posteriormente, fue revalorizado a fines de siglo XIX por Jacob Burckhardt y luego por Benedetto Croce y Eugenio D'Ors.





El Barroco es un período que surge entre los períodos del arte del Renacimiento y el Neoclásico. Su contexto histórico se desarrolla en una época en la cual la Iglesia Católica tuvo que reaccionar contra muchos movimientos revolucionarios culturales que produjeron una nueva ciencia y nuevas formas de religión, como la Reforma protestante.





La palabra barroco fue inventada por críticos posteriores, más que por los practicantes de las artes en el siglo XVII y principios de siglo XVIII, es decir, los artistas que plasmaban dicho estilo. Es una traducción francesa de la palabra portuguesa "barroco" (en español sería "barrueco"), que significa "perla de forma r", o "joya falsa". Una palabra antigua similar, "barlocco" o "brillocco", es usada en el dialecto romano con el mismo sentido, o también se le llama "barro-coco" todas ellas significando lo mismo.





El término "barroco" fue después usado con un sentido despectivo, para subrayar el exceso de énfasis y abundancia de ornamentación, a diferencia de la racionalidad más clara y sobria de la Ilustración (siglo XVIII ). Fue finalmente rehabilitado en 1888 por el historiador alemán de arte Heinrich Wölfflin (1864-1945), quién identificó al Barroco como oponente al Renacimiento y como una clase diferente dentro del arte "elaborado".





El Barroco realmente expresó nuevos valores; en literatura es abundante el uso de la metáfora y la alegoría. Representa un estado de ánimo diferente, más cerca del romanticismo que del renacimiento, aun cuando es un movimiento que nace al mismo tiempo que este último en algunos países.





El dolor psicológico del hombre, en busca de anclajes sólidos, se puede encontrar en el arte barroco en general. El virtuosismo fue investigado por los artistas de esta época junto con el realismo. La fantasía y la imaginación fueron evocados en el espectador, en el lector, en el oyente. Todo fue enfocado alrededor del Hombre individual, como una relación directa entre el artista y su cliente. El arte se hace entonces menos distante de las personas, solucionando el vacío cultural que solía guardar.





Cada una de las Bellas Artes tiene representantes en este movimiento cultural:

• En música sobresalen Antonio Vivaldi y Johann Sebastian Bach
• En literatura española se encuentran Luis de Góngora y Francisco de Quevedo y Villegas.

• En la literatura española de esta época en América, se encuentra principalmente Sor Juana Inés de la Cruz.

• En pintura italiana están Pietro da Cortona, Caravaggio, y los Carracci
• En la escultura italiana el exponente más célebre del barroco es Bernini.
• En la escultura mexicana, destaca Jerónimo Balbás.
• En la arquitectura Borromini






Tras la mesura del Renacimiento y el retorcimiento estético del manierismo, en la Roma de los Papas se advierte la necesidad de un arte nuevo. La independencia de las repúblicas italianas no es la de antaño, tras dos siglos de pugnas entre las potencias europeas por controlar su floreciente mercado centrado en el Mediterráneo. Por otro lado, el descubrimiento de América desplaza el polo económico hacia el Atlántico, cuyas rutas son dominadas por españoles, portugueses e ingleses.





Esto provoca que las repúblicas italianas se reagrupen bajo un poder más fuerte y las que no caen bajo control extranjero (España y Francia) se someten a la influencia mayoritaria de Roma, más concretamente de los Estados Vaticanos, al más puro estilo de una teocracia. Para ejercer legítimamente este gobierno, las altas esferas eclesiásticas dominantes en Roma hubieron de depurar su corrupta cúpula gubernamental. Voces de descontento ya había desde hacía cincuenta años, y la Iglesia Católica se vio escindida por la Reforma luterana, cuyos teólogos, Juan Calvino, Ulrico Zuinglio y otros personajes, la acusaron de nepotismo y simonía.





La necesidad de reformar las estructuras del mundo católico es lo que conduce al Concilio de Trento y a la mal llamada Contrarreforma, en realidad, una Reforma católica, que no va contra algo sino en busca de una adaptación a los nuevos tiempos.
La traducción de este estado de cosas sobre el arte trae importantes consecuencias desde el primer momento. Los teólogos reunidos en el concilio, mayoritariamente españoles, proclaman ciertos dogmas que han de ser representados dignamente por los artistas al servicio de la Iglesia: la virginidad de María, el misterio de la Trinidad, entre otros, pasan a protagonizar los lienzos.





La Iglesia, antes que las monarquías absolutistas que posteriormente ejercieron un poder paralelo al Vaticano, fue la primera en comprender el poder ilimitado del arte como vehículo de propaganda y control ideológico. Por esta razón contrata grandes cantidades de artistas, reclutando por supuesto a los mejores, pero también a muchos de segunda fila que aumentan los niveles de producción para satisfacer las demandas de la gran base de fieles.

Se exige a todos los artistas que se alejen de las elaboraciones sofisticadas y de los misterios teológicos, para llevar a cabo un arte sencillo, directo, fácil de leer, que cualquier fiel que se aproxime a una iglesia pueda comprender de inmediato. Los personajes han de ser cercanos al pueblo: los santos dejan de vestir como cortesanos para aparecer casi como pordioseros, con rostros vulgares.





El énfasis de la acción ha de colocarse sobre el dramatismo: la consigna fue ganar al fiel a través de la emoción. Las escenas se vuelven dinámicas, lejos del hieratismo intemporal de los estilos anteriores. Las composiciones se complican para ofrecer variedad y colorido. Las luces, los colores, las sombras se multiplican y ofrecen una imagen vistosa y atrayente de la religión y sus protagonistas.

Fuera del patrocinio de la Iglesia, los mecenas privados se multiplican: el afán de coleccionismo incita a los pintores a llevar a cabo una producción de pequeño o mediano formato para aumentar los gabinetes de curiosidades de ricos comerciantes y alta nobleza.





En la época de los filósofos Bacon y Descartes, el arte se colecciona como los objetos científicos o los exóticos bienes importados de las Indias y América. La secularización de esta época propició que se revalorizaran géneros profanos, como el bodegón o el paisaje, que empieza a cobrar una autonomía inusitada. Las complejas composiciones del Barroco, la diversidad de focos de luz, la abundancia de elementos, todo, puede aplicarse perfectamente a un paisaje, tal y como puede verse en la Recepción del Embajador Imperial en el Palacio Ducal de Canaletto.





El Barroco como estilo general es tan sólo una intención de base. Las formas que adopte en la praxis serán tan variadas como se pueda imaginar. Sin embargo, dos polos predominan, agrupados en torno a dos grandes figuras rivales en la época: Michelangelo Merisi da Caravaggio, que aglutina a los pintores del naturalismo tenebrista; y Annibale Carracci, que trabaja con su hermano y con su primo en un estilo clasicista.





La arquitectura barroca se desarrolla desde el principio del siglo XVII hasta dos tercios del siglo XVIII. En esta última etapa se denomina estilo rococó. Se manifiesta en casi todos los países europeos y en lo que eran por aquel entonces los territorios de España y Portugal en América, hoy países independientes. El barroco se da también en otras artes, como Música, Literatura, Pintura y Escultura.





El interés que sustenta la arquitectura es el de hacer marketing y urbanizar. Juega un papel muy importante, un ejemplo de ello, sin irnos más lejos, la plaza Mayor de Madrid. Sigue una armonía y su monumentalidad crea un ambiente propicio de una ciudad rica, justamente la pretensión de los artistas barrocos. Hace falta aclarar que el paradigma de este estilo se halla en la megalomanía de Luis XIV, con las reconstrucciones de Versalles. Los materiales propicios de construcción en la arquitectura barroca son los materiales pobres sin ningún valor aun así viendo la sensación de monumentalidad y majestuosidad sinuosa de la arquitectura barroca.





Se juega un poco con la falsedad, aunque eso no quiere decir que no se emplearan materiales ricos. De hecho surgieron las Manufacturas reales donde se manufacturaron productos de "qualité" como el vidrio de carrá, las alfombras pérsicas, las cerámicas u otros. Los elementos constructivos no presentan ninguna novedad, ya que siguen los órdenes clásicos del Renacimiento; la diferencia es que en el Barroco se contraponen elementos arquitectónicos utilizándolos con cierta libertad e individualidad.





No se pierde la armonía sino la perspectiva renacentista, que abarca el espacio del espectador. El grandiosismo es una cualidad típica Barroca que está claramente reflejada en la Plaza de San Pedro. De hecho, al situarse justamente en la entrada de la plaza se puede observar la altitud del obelisco, pero al adentrarse en dirección a la basílica de San Pedro aparecen las inesperadas columnatas que rodean el perímetro de la Plaza. Los arcos se utilizan de formas variadas y las cúpulas son el elemento por excelencia del arte Barroco.

domingo, 1 de marzo de 2009

- NEWBERY -




Jorge Newbery


Promotor de la ciencia y la cultura


Pionero y visionario



A 95 años de su muerte







Se conoce de Jorge Newbery que fue el fundador de la aeronáutica argentina, una gran aviador y un deportista reconocido. Fue, además, un innovador en el campo de la tecnología, y un funcionario público eficiente y esforzado. También, y este aspecto de su vida es menos conocido, fue un promotor de la ciencia y la cultura del país, y uno de los primeros en estudiar con seriedad la cuestión del petróleo.





Jorge Newbery nació en el centro de Buenos Aires, en una casa de la calle Florida, el 27 de mayo de 1875. Por su origen, y por su vida, fue un porteño de estirpe.
Se bachilleró en 1890; y en 1891, con 16 años viajó a los Estados Unidos. Era la segunda vez: ya lo había hecho, solo, cuando tenía 8 años de edad.

Regresó en 1895, con un título de ingeniero electricista de la Universidad de Cornell y certificados de alumno brillante en el Drexel Institute, donde Tomás A. Edison fue su maestro. Con sus títulos, rápidamente obtuvo un nombramiento con cargo de jefe en la compañía Luz y Tracción del Río de La Plata.





De los Estados Unidos también trajo la obsesión por los deportes; allí ganó un campeonato de boxeo en Cornell, y no se quedó atrás en esgrima y en natación.
Newbery encontró tiempo para trabajar, mantenerse al día en materia de novedades científicas extranjeras, estudiar, practicar deportes y desarrollar una vida social mucho más que intensa.

En 1897, ingresó a la Armada, en tiempos del conflicto limítrofe con Chile. Al mismo tiempo, era profesor de natación en la Escuela Naval. La carrera naval de Newbery duró tres años, hasta 1900, cuando el intendente Adolfo Bullrich lo nombró director general de alumbrado de la Municipalidad de la Capital Federal, cargo que mantendría hasta el fin de su vida.





Por ese tiempo, era socio y habitué en los salones del Jockey Club, de Gimnasia y Esgrima y del Club del Progreso. Pronto, ganó una enorme popularidad en todos los niveles sociales.

En 1903, el gobierno municipal propuso colocar bajo administración comunal la provisión de energía eléctrica a la ciudad de Buenos Aires, lo cual, necesariamente, le hacía entrar en conflicto con las compañías extranjeras que explotaban ese servicio. Newbery rápidamente tomó parte en esa polémica y escribió un largo artículo, publicado en tres partes durante el primer semestre de 1904, en números sucesivos de sus Anales, por la Sociedad Científica Argentina. En ese trabajo, Newbery expone un concepto bien norteamericano: la propiedad pública integra el patrimonio de cada uno de los ciudadanos; la comuna, dice, constituye una "sociedad cooperativa anónima" y cada residente de la ciudad es "un tenedor de títulos". Newbery se manifiesta partidario de la intervención decidida del Estado en materia energética.





En 1904, quedó a cargo de la cátedra de electrotecnia en la Escuela Industrial de la Nación. Ni bien se hizo cargo de esa cátedra, Newbery viajó a Sant Louis, Estados Unidos, donde asistió al Congreso Internacional de Electricidad en representación del municipio porteño. Allí, Newbery se reencontró con su antiguo maestro Tomás Edison.

En los trabajos de Newbery publicados por la Sociedad Científica Argentina, se advierte su obsesión por el desarrollo industrial y energético, y por incorporar a la Argentina todos los avances en ese sentido. También se entrevé en esos artículos su formación laica y cientificista.





Hacia 1907, la compañía Auer aplicó el tungsteno, por primera vez, a la producción de una lámpara eléctrica, en reemplazo del filamento de carbón creado por Edison. El tungsteno era entonces desconocido en la Argentina, y fue Newbery quien trajo la noticia de su existencia y uso.

En 1907, conoció la aerostática. El 26 de noviembre, Aarón Anchorena (ya experto: había ascendido en París 11 veces) y Newbery aseguraron que subirían en globo antes de navidad. El 25 de diciembre, en la Sociedad Sportiva, que ya tenía su hipódromo en medio de Palermo, ascendieron con el Pampero. La actividad se convirtió en su pasión.





Al año siguiente, preparó la constitución de un club dedicado a desarrollar la aerostación deportiva, y también el empleo de globos en estudios atmosféricos y meteorológicos (Aero Club).

Pocos meses después, le llegaron informes del descubrimiento de un yacimiento petrolífero en las afueras de Comodoro Rivadavia. Newbery discutió largamente la cuestión con su amigo Justino Thierry, profesor de química en el Colegio Militar y jefe del laboratorio en la Dirección de Alumbrado, comenzó la redacción de un libro sobre la cuestión.





En 1910, al reunirse en Buenos Aires el Congreso Científico Internacional Americano, Newbery y Thierry presentaron un libro de casi 300 páginas: El petróleo. Allí hicieron esbozo de las ideas desarrolladas más tarde por otro amigo de Newbery, Enrique Mosconi. Propugnaron la creación, mediante leyes especiales, de reservas estatales en toda zona potencialmente petrolera. El Estado, decían, debía rodear con toda clase de garantías su facultad de explotar hidrocarburos.





La dirección del Aero Club no volvió a reunirse y en la práctica quedó disuelta luego de que el Pampero se perdiera trágicamente en lo que intentó ser el primer viaje nocturno (viajaba en él Eduardo Newbery, hermano de Jorge).

Con la adquisición de un nuevo aeróstato: el Patriota, el Aero Club se revitalizó.
En 1910, llegó al país el piloto francés Henry Brégi. Su visita impulsó a Newbery a la aviación. El 23 de marzo, luego de un gran esfuerzo realizado por muchos de los allegados al Aero Club, se inauguró el aeródromo.





Con la llegada del piloto italiano Cattaneo a Buenos Aires se produjo un salto cualitativo para la aviación argentina. El piloto sobrevoló Buenos Aires y logró cruzar el río hacia Uruguay. La aviación se convirtió en un fenómeno de masas.

Newbery aprovechó la visita de Cattaneo para intentar convencer a los altos mandos militares sobre la conveniencia de incorporar a la aviación en sus proyectos. Según sus palabras, la aeronáutica es "el punto de partida de una revolución mundial vinculada no sólo a la guerra sino que también representa una vasta contribución al estudio de la meteorología y un paso más para resolver el ideal de la facilidad y rapidez en el transporte."





A mediados de 1912, se tomó la decisión política de incorporar al ejército una escuadrilla aérea. Una comisión integrada por Newbery, Teodoro Fels y el coronel Martín Rodríguez fue la encargada de recomendar el avión más adecuado para las armas argentinas. Fue también Newbery uno de los encargados de preparar la Escuela de Aviación Militar.

Convertido en un aviador avezado, en febrero de 1914 Newbery logró el récord mundial de altura alcanzando los 6.225 metros en un vuelo preparativo de su gran objetivo: el viaje transcordillerano. Este proyecto le sería fatal.





Murió un 1 marzo de 1914, cerca de Los Tamarindos, Mendoza, cuando la nave en la que realizaba un viaje de práctica se desplomó a tierra.