miércoles, 17 de octubre de 2007
- TANGO -
EL TANGO
El tango es un estilo musical y una danza rioplatense, propia de las ciudades de Buenos Aires, Montevideo y Rosario, de naturaleza netamente urbana y renombre internacional. Musicalmente tiene forma binaria y compás de cuatro por ocho, es clásicamente interpretado mediante orquesta típica o sexteto y reconoce al bandoneón como su instrumento esencial.
La coreografía, diseñada a partir del abrazo de la pareja, es sumamente sensual y compleja. Las letras están compuestas con base a un argot local llamado lunfardo y suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor»1 , que sienten el hombre y la mujer de pueblo, circunstancia que lo emparenta con el blues. Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila»
Orígenes culturales: arte urbano de fusión
Si bien el tango reconoce lejanos antecedentes africanos, latinoamericanos y europeos, sus orígenes culturales se han fusionado de tal modo que resulta casi imposible reconocerlos. En esencia el tango es una expresión artística de fusión, de naturaleza netamente urbana, que responde al proceso histórico concreto de la inmigración masiva, mayoritariamente europea, que reconstituyó completamente las sociedades rioplatenses, especialmente las de Buenos Aires, Rosario y Montevideo, a partir de las últimas décadas del siglo XIX.
Argentina, que en 1850 contaba con 1,1 millón de habitantes, recibió 6,6 millones de inmigrantes entre 1857 y 1940. Uruguay sufrió un proceso similar. Se trata de una experiencia humana «aluvial»3 , casi sin parangón en la historia contemporánea.
A diferencia de otras zonas del mundo, los inmigrantes que llegaron al Río de la Plata a partir de la segunda mitad del siglo XIX, superaban en cantidad a las poblaciones nativas y fueron parte de un intensivo proceso de mestizaje multicultural y multiétnico, en gran medida inducido por el Estado a través de una formidable promoción de la escuela pública laica.
El tango es hijo directo de ese intenso mestizaje. Se sabe que los primeros tangueros eran afroargentinos y afrouruguayos4 ; que el bandoneón proviene de Alemania; que su sensualidad deriva de su origen prostibulario, donde los inmigrantes europeos que llegaban solos a buscar empleo mantenían relaciones sexuales con las nativas, mayoritariamente afroargentinas e indoamericanas denominadas «chinas».
Se sabe también que el argot del tango, el lunfardo, está plagado de expresiones italianas y africanas; que su ritmo y clima nostálgico está emparentado con la habanera cubana; y que «tango, milonga, malambo y candombe», son parte de una misma familia musical de raices africanas y costumbres proveniente de los gauchos que migraron a la ciudad.
Sin embargo el tango no se confunde ni deriva de ningún estilo musical en particular. Ernesto Sábato dice que por sobre todas las cosas el tango es un híbrido, una expresión original y nueva que deriva de una movilización humana gigantesca y excepcional.
Seguramente una buena definición fue la de Borges:
“El tango puede discutirse, y lo discutimos, pero encierra, como todo lo verdadero, un secreto. Los diccionarios musicales registran, por todos aprobada, su breve y suficiente definición; esta definición es elemental y no promete dificultades, pero el compositor francés o español que, confiado en ella, urde correctamente un “tango”, descubre, no sin estupor, que ha urdido algo que nuestros oídos no reconocen, que nuestra memoria no hospeda y que nuestro cuerpo rechaza. Diríase que sin atardeceres y noches de Buenos Aires no puede hacerse un tango y que en el cielo nos espera a los argentinos la idea platónica del tango, su forma universal…, y que esa especie venturosa tiene, aunque humilde, su lugar en el universo.”
Jorge Luis Borges “ Evaristo Carrriego”
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