jueves, 27 de diciembre de 2007
- OSCAR PETERSON -
Murió el genial pianista, Oscar Peterson
El legendario jazzista falleció a los 82 años; su virtuosismo y su estilo fueron fuente de inspiración para las nuevas generaciones de músicos
Nadie desplegaba tanto swing frente a un piano como Oscar Peterson. Generaciones de pianistas tomaron como referencia su arte musical. El hombre que Duke Ellington bauticara como el "marajá del teclado" murió en la noche del domingo a los 82 años como había querido, rodeado de su familia y sus amigos.
"Tocaré hasta que me caiga del taburete", había prometido Peterson en 1993, poco después de sufrir un accidente cerebrovascular que casi marca el fin de su carrera. Pero su voluntad de hierro, la misma que lo llevó a conquistar el olimpo de los pianistas de jazz, le permitió superar las consecuencias de su enfermedad para volver al escenario.
Los críticos caían rendidos ante su "desbordante pasión en la ejecución", al igual que ante su inquebrantable talento para la improvisación, sus imprevisibles giros, su virtuosismo y su perfección técnica.
De niño, Oscar Emmanuel Peterson, hijo de un mozo de equipajes de la Canadian Pacific Railways emigrado del Caribe, practicaba frente al piano ocho horas al día. Su sueño de infancia era convertirse en trompetista como su ídolo Louis Armstrong, pero una tuberculosis pulmonar se lo impidió cuando tenía siete años.
Sin embargo, la enfermedad puede ser vista a la distancia como un golpe de suerte, pues fue durante su tratamiento cuando descubrió el amor por el piano. Más tarde lo tocó no sólo junto con Armostrong y Ellington sino también con Ella Fitzgerald, Dizzy Gillespie, Count Basie, Nat King Cole, Stan Getz, Charlie Parker y otras luminarias del jazz fueron sus socios y amigos.
Peterson fue el único músico negro en la Johnny Holmes Orchestra, que tocaba para que la gente bailara en Montreal y sus alrededores. Una y otra vez debió soportar ofensas e insultos racistas, tanto del público como de algunos colegas.
El éxito llegó años después, cuando Norman Granz lo invitó a participar en la serie de conciertos "Jazz at the Philharmonic" en el Carnegie Hall de Nueva York. Desde entonces no se detuvo.
Muchas veces tocó para jefes de Estado como la reina Isabel II de Inglaterra, o poderosos políticos como el presidente estadounidense Richard Nixon.
Entre sus composiciones más célebres se cuentan "The Canadian Suite", un homenaje a su país natal, "African Suite" y también la "Royal Wedding Suite", que escribió para la boda de lady Diana Spencer con el príncipe Carlos de Inglaterra. Peterson recibió ocho premios Grammy, incluido uno por su trayectoria en 1997. Su nombre fue incluido en al menos ocho salones de la fama del jazz y otras instalaciones musicales. Más de una decena de universidades lo nombraron doctor honoris causa.
"Cuando me siento al piano no se trata para mí de un ejercicio de digitación, sino de un amorío", dijo en una entrevista en 1997.
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