sábado, 3 de noviembre de 2007

- FILETEADO -



Un Arte singularmente Porteño


El Fileteado (arte popular de Buenos Aires) y el Tango, vienen emparentados por un mismo signo, ya que nacen de la misma fuente y siguen caminos paralelos.

Fue precisamente una ola migratoria llegada a la Argentina hacia fines del siglo XIX, la que buscó crear formas de expresión que tradujeran sus distintos estados de ánimos, alegrías o tristezas. Esta ola migratoria (esencialmente masculina) originó un intenso trajín de trata de blancas que se denominó "la Ruta de Buenos Aires". Justamente en este medio nace el Tango.

Mientras que el orígen del Tango fue marginal, oscuro y pecaminoso (lo que podría explicar el rechazo del Buenos Aires de antaño hacia este género), el Fileteado tuvo sus orígenes en los viejos transportistas de alimentos, enmarcado dentro de un mundo de trabajadores esforzados, de esos que llevan sus tareas de sol a sol. Sin embargo, el rechazo al Fileteado fue mucho más generalizado y duradero que aquel que se opuso al Tango.






El Filetedo nació en una carrocería del Paseo Colón y ha sido muchas veces desechado, olvidado y denigrado. Justamente por eso le ha costado abrirse paso. Por otra parte el Tango, visto como inmoral, ha tenido más suerte en su difusión. Probablemente porque el Tango es el placer de la noche y también porque fue aplaudido en el mundo entero.

En la difusión del Fileteado contribuyó mucho León Untroib, desde su puesto en el Mercado de Anticuarios en la Plaza Dorrego, los domingos. Su labor pedagógica fue fecunda. Y curiosamente son los más jóvenes que volvieron a filetear carros, ya no para carros de mercado, sino para estancias, hoteles campestres y desfiles.





Hoy el Filetedo Porteño y el Tango se reencontraron en portadas de discos y en las carátulas que acompañan a los CDs. Pero también estuvieron presentes en las calles de Buenos Aires, en el diario trajín de los transportes de pasajeros que llevaban su ornamentación y también... ¡la foto de Gardel!... Hasta que una ley promulgada durante la dictadura militar, y todavía vigente (quisiera uno entender por qué), prohibió expresamente el fileteado en las carrocerías de los colectivos y cualquier otro medio de transporte público de pasajeros.

A pesar de ello el Fileteado Porteño ¡sigue más vigente que nunca!

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