domingo, 30 de noviembre de 2008

- 95 AÑOS DE SUBTE -






Buenos Aires pionera


Hace 95 años tuvimos subterráneo


Transporte de avanzada para una ciudad pujante




Algunas de las obras que el país debía realizar para ubicarse entre las naciones más desarrolladas del mundo a nivel transporte, dan inicio con la creación del primer ferrocarril: "La Porteña".





La Sociedad de Caminos de Hierro de Buenos Aires al Oeste, crea el primer trazado latinoamericano en 1857. El mítico tren con su importante máquina a vapor, salía de lo que hoy es el Teatro Colón de Buenos Aires, en el centro porteño.
Pocos años después comenzaron a circular los primeros tranvías por la ciudad. Primero a caballos y luego eléctricos.





El 11 de Septiembre de 1911, a un año del centenario de la Revolución de Mayo, la prensa argentina anuncia el comienzo de las obras "a cielo abierto" a cargo de la Compañía de Tranvías Anglo Argentina Ltda.

En 1913, más exactamente, el 1 de diciembre, se inaugura el primer subterráneo de Sudamérica: la Línea A, que hace su primer recorrido entre la Plaza de Mayo y el Congreso. Posteriormente se alarga hasta Primera Junta en el barrio de Caballito. (hoy próximo a llegar a Flores, con 4 estaciones más.





Por aquella época, ocupábamos el puesto número 6 a nivel mundial de país.
En los años 30, se reanudan obras subterráneas con el incremento de varias líneas, como la B, C, D y E. Pasaron muchos años hasta que se implementaran nuevos emprendimientos de alargue y creación de nuevas líneas de este rápido medio de transporte público.

Actualmente, Buenos Aires cuenta con estas seis líneas (se continúa la extensión de la H y se están ejecutando obras de extensión, además de la refacción de las otras y continuación de las mismas.





Hoy proyectado un nuevo entramado con creación de nuevas líneas, sumamente necesarias para ésta ciudad colapsada.
Nuestro metro o "subte" como lo llamamos, cuenta con una extensión de 42 kilómetros de túneles y 69 estaciones. Diariamente transporta a casi un millón y medio de personas.





También se han realizado, dentro de un programa de obras complementarias con los ferrocarriles, un trazado en la ciudad de Buenos Aires de un premetro: tranvía moderno de recorrido al aire libre, que empalma con la línea E de subtes, en los barrios de Mataderos, Bajo Flores y Lugano.





Dentro de las curiosidades, se destaca la gran cantidad de obras de arte que posee en sus estaciones. Se han reproducido gran cantidad de trabajos pictóricos de artistas de primera línea, en una composición de cerámicos hechos por empresas especializadas.





Algunos fueron diseñados especialmente y otros son reproducciones espectaculares. Destacamos los de Carlos Páez Vilaró, Alberto Soldi, Hermenegildo Sabat, Benito Quinquela Martín, Leonie Matthis, etc. entre los muchísimos que se encuentran en las entrañas de Buenos Aires: arte bajo tierra.





Actualmente se está construyendo un mural que evoca a Mafalda, criatura del inefable maestro Quino, que será emplazada en uno los pasillos subterráneos del entramado del complejo Plaza de Mayo.

- HUGO DEL CARRIL -




CANTANTE PORTEÑO


ACTOR Y DIRECTOR


HOMBRE DE CONVICCION




Hugo del Carril nació en el porteñísimo barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires, un 30 de noviembre de 1912.

Ya muy jovencito comenzó en la radiofonía argentina, como locutor primero, alternando esta actividad con la de cantor, vocación que traía ya en el alma y que se nutriría, acrecentaría y afirmaría en la admiración por Carlos Gardel, y de la que terminó finalmente haciendo profesión.





Escogido el camino de la canción popular, tomó lecciones con la soprano Elvira Colonese, cantante lírica que encauzó técnica y profesionalmente sus naturales condiciones, comenzando en 1929 a trabajar en Radio del Pueblo. Allí fue estribiliista de casi todas las orquestas que desfilaban por la emisora, presentándose ya con el nombre de Pierrot, Hugo Font o Carlos Cáceres.





Antes había actuado en un cuarteto de voces junto a Emilio Castaing y Mario y Martín Podestá; luego integró el trío París, y posteriormente formó el dúo Acuña-Del Carril, ya definitivamente adoptado el seudónimo de Hugo del Carril; grabó por ese tiempo (mediados de la década del '30) una serie de composiciones con la orquesta de Edgardo Donato.

Después comenzó su carrera como solista, cuando el director Héctor Quesada lo llevó a Radio La Nación secundado por guitarristas (posteriormente el acompañamiento guitarrístico lo confió casi exclusivamente a los hermanos Puccio).





En 1936 grabó en discos Víctor también como solista, con el marco de la orquesta de Tito Ribero, músico, arreglador y compositor que a partir de entonces se convertiría en su director y asesor musical.

A fines de ese mismo año intervino en la película "Los muchachos de antes no usaban gomina", cantando el tango del director del film (Manuel Romero) con música de Francisco Canaro titulado Tiempos viejos. Su estampa, su simpatía, su dicción, su sonrisa y su voz hacen que Manuel Romero lo inicie, a partir de esa fugaz aparición, en el cine nacional, actividad que le proporcionó fama y dinero, al mismo tiempo que le dieron a su nombre y a su figura dimensión de ídolo.





Títulos representativos y recordados del cine y de aquella época gloriosa de Hugo del Carril pueden ser, tratando de hacer una muy apretada síntesis, "Madreselva", "Gente bien", "El astro del tango", "Vida de Carlos Gardel", "La piel del zapa" y, más adelante, "La cabalgata del circo", "La cumparsita", "El último payador", "El ultimo perro", "El negro que tenía el alma blanca".

Y paralelamente a esta actividad de actor se ha ido agigantando el cantor. Diversas radios, los más calificados escenarios porteños y las giras por el interior y América van extendiendo su éxito, su prestigio y su fama dentro y fuera del país, idolatría a la que ha contribuido enormemente el cine, tremenda estructura publicitaria que lo hace conocer en todas partes. El sello Odeón registra en sus placas todo ese bien escogido repertorio que la pantalla y el escenario difunden, y que afirman un estilo muy personal, muy gardeliano, de gran calidad y emotividad. Quedan, de esta manera, en el surco discográfico inmejorables versiones.





De una gruesa lista tomamos algunos títulos como ejemplo: "Nostalgias", "Nada más", "Betinotti", "Como aquella princesa", "Percal", "Sosiego en la noche", "Desaliento", "Igual que ayer", "Pobre mi madre querida", "Al compás del corazón", "Nubes de humo", "Buenos Aires", "Tres esquinas".
Sobre 1950 incursionó en el cine como director, otra de sus pasiones, iniciándose con "Historia del 900"; consiguió más adelante un justificado éxito con lo que sería su mejor trabajo: "Las aguas bajan turbias" (basada en el libro "El río oscuro", de Alfredo Varela). En toda esa década dirigió otros filmes: "La Quintrala", "Mas allá del olvido", "Una cita con la vida", "Las tierras blancas", "Culpable", "Esta tierra es mía", etcétera, que no alcanzaron el nivel y la repercusión de "Las aguas bajan turbias".





Con respecto a esta actividad de Hugo del Carril de director, guionista o realizador, dice José Agustín Mahieu: «Hugo del Carril parece, en general, una víctima del medio que lo ha formado, incapaz de distinguir, por su incompleta formación cultural, los datos reales, no puede tampoco expresar sus intuiciones, insuficientemente claras para si mismo. Por eso su intención realista cae en la deformación melodramática o folletinesca.»("Breve historia del cine argentino", de José Agustín Mahieu, Eudeba, 1966, pág. 44). Claro, Mahieu es un crítico y especialista. Sin embargo debemos aceptar que el gran público captó su intuición, su sensibilidad y su intención, y aplaudió sin retaceos su trabajo, como realizador, como director y como actor. Y este perfil de su multifacética actividad artística deja algo positivo. Al menos los dos trabajos nombrados primeramente.





Sus convicciones políticas, que lo acercaron decididamente al peronismo, le provocaron un enfrentamiento con muchos sectores artísticos adversos a Perón, que por ese motivo le restaron importancia a su obra y lo aislaron en el afecto y en la amistad, máxime cuando grabó la popular marcha "Los muchachos peronistas", registro que con el tiempo quedaría como símbolo de ese movimiento político. Después de 1955 vivió un tiempo en México, prácticamente resistido en su patria y en lo que había sido su mundo del espectáculo.





Siguió cantando y siguió filmando en los años '60, pero los tiempos del esplendor artístico habían pasado. Se presentó, aunque esporádicamente, en algunas temporadas teatrales, en alguna película.

Encaró diversos negocios al margen del espectáculo, en los que le fue mal, resintiéndose su situación económica, al punto de tener que retomar su actividad de cantante; hizo algún trabajo en televisión, grabó discos, pero sin el nivel de lo que había logrado en los años '40 y '50, aunque el público le siguió dispensando su aplauso y su cariño.





Como cuando el jueves 6 de marzo de 1980, al debutar en Caño 14, debió cantar 57 minutos seguidos por imposición de un público enfervorizado.

Y otra inequívoca demostración de esa adhesión y afecto se la reiteró Buenos Aires unos años después, cuando, invitado por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad, ofreció un ciclo de recitales de canto en el Centro Cultural San Martín.





Hugo del Carril fue además un hombre de una corrección ejemplar. Mientras dispuso de medios acudió en ayuda de cuanto colega lo necesito. Y su palabra, su amistad y su consejo estuvieron siempre al lado de los jóvenes, a quienes asistió con su experiencia y su solidaridad. Siempre puso el gesto amistoso y cordial por sobre las diferencias que en algún momento lo hirieron.

Esa hidalguía, unida a su simpatía y a su apostura (una especial mezcla de porteñidad y criollismo), más sus condiciones artísticas, contribuyeron para ratificar el adjetivo de ídolo popular que hemos elegido para esta nota como un merecido homenaje a su digna trayectoria.

sábado, 29 de noviembre de 2008

- LAFERRERE -




Gregorio de Laferrere


TALENTO Y COMPROMISO


UN EJEMPLO PORTEÑO




Escritor y político argentino, nacido en la ciudad de Buenos Aires, un 8 de marzo de 1867.
Encabeza la ‘época de oro’ de la escena nacional.





Hijo de padre francés y madre argentina, fue por sobre todas las cosas un político que supo mostrar al mundo la delicadeza y el amor al arte de los criollos americanos. Lo demostró en cada uno de los lugares del mundo en los que le toco actuar. En el año 1889 viajó a Europa y a su regreso fundó y dirigió varias instituciones políticas tales como el Partido Nacional Independiente y la Acción Popular.





En el año 1893 es elegido Diputado Provincial y en 1898 Diputado Nacional, banca que ocupó hasta 1908. Además se desempeño brillantemente como Intendente Municipal de la comuna de Morón.

Fundó un periódico en el que actuaba con el seudónimo de Abel Stewart Escalada; así se inició en las letras.Creó el Conservatorio Lavardén para el fomento del teatro y de la formación de actores.





Su dramaturgia está dentro de la comedia humorística reidera y casi bufona, cuyo escenario es la sociedad porteña entre 1890 y 1910, principalmente la burguesía. Entre sus obras más importantes se pueden señalar: ¡Jettatore! (1905), Bajo la garra (1906), Las de Barranco (1908) Locos de Verano y Los invisibles (1911).





El 4 de mayo de 1911, Gregorio de Laferrere junto Pedro Luro y Honorio Luque fundaron la ciudad de Gregorio de Laferrere en el partido de La Matanza, a 24 km de la Ciudad de Buenos Aires.





Su trágico deceso se produce en la ciudad de Buenos Aires, el 30 de noviembre de 1913.

viernes, 28 de noviembre de 2008

- LÉVI-STRAUSS -




CLAUDE LÉVI STRAUSS


Los 100 años del padre del estructuralismo


UN EJEMPLO DE VIDA




El antropólogo Claude Lévi-Strauss cumple un siglo de vida con plena lucidez
Claude Lévi-Strauss, uno de los intelectuales más relevantes del siglo XX, destacado antropólogo y padre del enfoque estructuralista de las ciencias sociales, que ha influido de manera decisiva en la filosofía, la sociología, la historia y la teoría de la literatura, cumple mañana 100 años de vida.





A pesar de su longevidad e intensa actividad intelectual desde antes de la Segunda Guerra Mundial, Lévi-Strauss, miembro de la Academia de Francia desde 1973, goza de buena salud y se mantiene lúcido, como relató a la prensa el director del museo Quai Branly de París, Stéphane Martin, institución que alberga un teatro con el nombre del célebre antropólogo.





Francés nacido en Bruselas el 28 de noviembre de 1908, este centenario humanista es hijo de un judío agnóstico de origen alsaciano que le educó en un ambiente artístico, aunque terminó cursando estudios de Derecho y Filosofía en la Sorbona de París. El autor de Mythologiques ejerció como profesor de esta última disciplina hasta que recibió una invitación de Marcel Mauss, padre de la etnología francesa, para ingresar en el recién creado departamento de etnografía.





Fue así como despertó en Lévi-Strauss la curiosidad por una materia en la que desarrollaría una brillante carrera y que le ha concedido un "lugar preeminente entre los investigadores del siglo XX", explicó el profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid Rafael Díaz Maderuelo.





Su nueva vocación le llevó a aceptar un puesto como profesor visitante en la universidad brasileña de Sao Paulo, de 1935 a 1939, estancia que le posibilitó llevar a cabo trabajos de campo en el estado amazónico de Mato Grosso y en la Amazonía. Allí realizó estancias esporádicas entre los bororo, los nambikwara y los tupi-kawahib, experiencias que le orientaron definitivamente como profesional de la antropología, campo en el que su trabajo aún hoy "sigue siendo válido para la mayoría de los antropólogos", señaló Díaz Maderuelo sobre el autor de El pensamiento salvaje.





Tras regresar a Francia, en 1942 se trasladó a Estados Unidos como profesor visitante en la New School for Social Research de Nueva York, antes de un breve paso por la embajada francesa en Washington como agregado cultural. De vuelta a París, fue nombrado director asociado del Museo del Hombre y se convirtió después en director de estudios en la École Pratique des Hautes Études, entre 1950 y 1974, trabajo que combinó con su enseñanza de antropología social en el Collège de France, hasta su jubilación en 1982, al tiempo que dirigía el Laboratorio de Antropología Social.





Hijo intelectual de Émile Durkheim y de Mauss, e interesado por la obra de Karl Marx, por el psicoanálisis de Sigmund Freud, la lingüística de Ferdinand Saussure y Roman Jakobson, el formalismo de Vladimir Propp y un largo etcétera, es además un apasionado de la música, la geología, la botánica y la astronomía. Las aportaciones más decisivas del trabajo de Lévi-Strauss se pueden resumir en tres grandes temas: la teoría de la alianza, los procesos mentales del conocimiento humano y la estructura de los mitos.





La teoría de la alianza defiende que el parentesco tiene más que ver con la alianza entre dos familias por matrimonio respectivo entre sus miembros que, como sostenían algunos antropólogos británicos, con la ascendencia de un antepasado común. Para Lévi-Strauss, no existe una "diferencia significativa entre el pensamiento primitivo y el civilizado", señaló Díaz Maderuelo, pues la mente humana "organiza el conocimiento en parejas binarias y opuestas que se organizan de acuerdo con la lógica" y "tanto el mito como la ciencia están estructurados por pares de opuestos relacionados lógicamente".





Comparten, por tanto, la misma estructura, sólo que aplicada a diferentes cosas. Respecto a los mitos, el intelectual sostiene desde la reflexión sobre el tabú del incesto, que el impulso sexual puede ser regulado gracias a la cultura. "El hombre no mantiene relaciones indiscriminadas, sino que las piensa previamente para distinguirlas. Desde ese momento ha perdido su naturaleza animal y se ha convertido en un ser cultural", comentó Díaz Maderuelo.





Para Lévi-Strauss, las estructuras no son realidades concretas, sino más bien modelos cognitivos de la realidad que sirven al hombre en su vida cotidiana. Las reglas por las que las unidades de la cultura se combinan no son producto de la invención humana y el paso del animal natural al animal cultural -a través de la adquisición del lenguaje, la preparación de los alimentos, la formación de relaciones sociales, etc.- sigue unas leyes ya determinadas por su estructura biológica.

jueves, 27 de noviembre de 2008

- MECENAZGO -




El Mecenazgo


Una manera de apoyar la cultura


Un modo de ayudar a los creadores



El Mecenazgo es el patrocinio financiero de artistas o científicos, a fin de permitirles desarrollar su obra sin exigir en contrapartida créditos monetarios inmediatos, aunque claro exigiendo esa remuneración en una forma mas placentera para el mecenazgo.





Otra acepción podría ser que se trata de un apoyo, bien sea monetario o en especie, que una organización presta para el desarrollo social, cultural y científico de la sociedad, así como para la preservación medioambiental del entorno en el que se ubica.

Las acciones de mecenazgo ayudan a mejorar la reputación de las organizaciones que las realizan, llegando a convertirse en una acción de relaciones públicas.
Recibe su nombre del noble romano Cayo Cilnio Mecenas, consejero de César Augusto,. que otorgó generosamente protección a artistas contemporáneos suyos.





Históricamente ha representado una forma importante de sostenimiento de la producción artística, al permitir el desarrollo de obras no orientadas a su circulación mercantil. Durante el Renacimiento fue una práctica extendida, y familias como los florentinos Medici proporcionaron sustento a muchos de los artistas más importantes de su tiempo.

En la actualidad, los mecenazgos son realizados por organizaciones, tanto públicas y privadas, para la realización de diversos proyectos.





La Ley de Mecenazgo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Este régimen consiste en un incentivo fiscal al que pueden acceder los/as contribuyentes al Impuesto sobre los Ingresos Brutos en la Ciudad de Buenos Aires interesados/as en financiar con aportes dinerarios y no dinerarios, proyectos culturales de interés para la Ciudad de Buenos Aires. Siempre que se encuentre al día con sus obligaciones tributarias, conforme lo establecido en el Art. 21 de la Ley Nº 2.264 y no se encuentren comprendidos entre las exclusiones establecidas en los Arts. 34 y 36.





Dichos contribuyentes pueden constituirse en Patrocinadores o Benefactores
Son Patrocinadores los que relacionan su imagen o la de sus productos con el proyecto cultural, o requieren algún tipo de contraprestación de los responsables del proyecto para cuyo financiamiento contribuyen.

El cincuenta por ciento (50%) del monto de los financiamientos efectuados por los Patrocinadores en virtud del presente régimen, serán considerados como un pago a cuenta del Impuesto Sobre los Ingresos Brutos correspondiente al ejercicio de su efectivización.





Son Benefactores los que no relacionan su imagen con el proyecto cultural, ni exigen contraprestación de ningún tipo por su aporte.
El cien por ciento (100%) del monto de los financiamientos efectuados por los Benefactores en virtud del presente régimen, serán considerados como un pago a cuenta del Impuesto Sobre los Ingresos Brutos correspondiente al ejercicio de su efectivización.





Son beneficiarios del presente régimen las personas físicas y las personas jurídicas sin fines de lucro, titulares de los proyectos culturales seleccionados por el Consejo de Promoción Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

martes, 25 de noviembre de 2008

- PIANA -




26 de noviembre


Nacimiento de


Sebastián Piana



Pianista, director, compositor y docente.

Nació en Buenos Aires el 26 de Noviembre de 1903 en el barrio de Almagro, en el hogar de una familia de inmigrantes italianos.





Su padre era peluquero y músico aficionado, tocaba varios instrumentos como el mandolín, la guitarra y el piano. Fue él quien lo alentó musicalmente desde pequeño, regalándole diversos instrumentos. Ya a los 10 años estudiaba música junto a su padre.





Estudió también en el instituto Musical Odeón, con el maestro D´Agostino. Debutó en un trío infantil cuando solo tenía 12 años. De manera profesional lo hizo cuando tenía 17 años en un cine de barrio tocando valses y fragmentos de óperas, Además era profesor de piano, esto refleja su precocidad en cuanto a la música.





En 1922 se presentó por primera vez en radio. Cuatro años más tarde, en 1926, conoce a Homero Manzi con quién formara un equipo famoso por escribir numerosos temas en los años siguientes. Hacia 1930 Rosita Quiroga le encargó a Homero Manzi que escribiera una milonga y éste le pidió a Piana que compusiera la música, para así poder escribir los versos. Fue ahí que compuso "Milonga del 900", pero a su gusto estaba muy bien, y en lugar dedarle la música a Manzi, se la dio a Gonzalez Castillo, quien era el que le había puesto letra a su primer tango "Sobre el Pucho".





Manzi insistía en la música para su milonga y así, en tan solo una hora, Piana compuso "Milonga sentimental" que sería un gran éxito para la época y que ha sido interpretada por diversos cantantes aún en la actualidad. El final de la historia es más que irónico ya que "Milonga del 900" recién tuvo versos tres años después de haber sido compuesta por Piana, y fue Manzi quien se los escribió.





Siguió componiendo milongas acompañadas por los versos de Manzi, como: "Pena Mulata", "Ropa Blanca" o la muy famosa "Negra María". Piana es, además, autor de "Milonga triste" (Letra: Homero Manzi.1937), "Milonga de los fortines", "Milonga de Juan Manuel", "Milonga de Puente Alsina" y también de un conjunto de temas en colaboración con el poeta León Benarós, como "La Milonga de Arolas".





La milonga por aquellos tiempos estaba relegada a tan sólo letra, fue Piana quien la renovó porque la música, según él, era lo fundamental. Piana fue también autor de temas que figuran entre los mejores tangos como "Silbando" (Letra: José González Castillo.





1923), "Tinta Roja" (Letra: Cátulo Castillo.1941), "De barro", "El pescante" (Letra: Homero Manzi. 1934), "No aflojes" (Letra: Mario Battistella. Música en conjunto con Pedro Maffia. 1934), "El parque de artillería", "Son cosas del ayer", entre otros. Aún a los 90 años seguía componiendo y dando clases. Escribió alrededor de quinientos temas y fue pesidente de la Academia Porteña del Lunfardo.





Murió el 17 de Julio de 1994.