miércoles, 29 de junio de 2011

- GROUSSAC -





Paul Groussac


Aniversario de su fallecimiento




(Toulouse, 1848 - Buenos Aires, 1929) Escritor y erudito francoargentino. En alas de su inquietud, llegó a la Argentina a los dieciocho años (1866) y allí se quedó; trabajó en el campo, estudió en la ciudad, alternó con políticos e intelectuales y fundió su espíritu francés con el alma argentina. Algunos niegan su plena incorporación: sin embargo, sería difícil regatearla a la vista de su castellano y de los temas de su amplia y fecunda obra.

Profesor, inspector de Enseñanza, director de la Escuela Normal de Tucumán (1878) y director de la Biblioteca Nacional desde 1885 hasta su muerte, Paul Groussac es un escritor con espíritu crítico y un investigador sagaz que influye poderosamente en sus coetáneos y en las generaciones posteriores. Fue severo y duro en su crítica: él mismo confesaba que le faltó "el don de la sonrisa"; pero su capacidad y su objetividad compensaban esta deficiencia, salvo en el caso en que le obsesionaba su pasión antiespañola.

Más que novelista, es un narrador ameno y escritor de libros de viajes: Fruto vedado (viaje de Córdoba a Tucumán), Relatos argentinos, Del Plata al Niágara (con motivo de un viaje a Estados Unidos realizado en 1892). Como periodista, es verdaderamente fructuosa su labor en las columnas de la Revista Argentina, de Sud América, de La Biblioteca y de La Nación. Pero al escritor y crítico de calidad singular lo encontramos mejor en trabajos como Santiago de Liniers, Mendoza y Garay, Memoria histórica sobre el Tucumán, Estudios de historia argentina y Los que pasaban, colección de ensayos biográficos.

Otros aspectos de su profusa labor los constituyen los trabajos reunidos en El viaje intelectual y en Crítica literaria. Reúne documentos para la historia y la geografía del Río de la Plata en Los anales de la biblioteca, intenta el drama con cierto éxito en La divisa punzó y se ocupa de Colón, de Merimée y de otros muchos. Se afirmó de él que con alguna mayor generosidad y menor acritud -en ocasiones, excesiva e innecesaria-, habría sido un crítico completo.

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